"yo quisiera" dedicada a Palestina...escrita e interperetada por Samir Hadj-Djilani y Karla Mojika...respectivamente.
A la salida de Cagliari, de izquierda a derecha ,la doctora Fauziah Hassan, de Malasia, Kathy Wazane, directora de cine marroquí, judía residente en Canadá, que está promocionando un documental sobre los judíos "invitados" a salir de Marruecos hacia Israel,titulado "Les prometieron el mar"
y no había sitio para agarrarse, me enseñó cómo se hacía y me sentí muy feliz de aprenderlo, sólo bajé cinco veces, de las que sólo dos fueron sola y de noche, cagada, superando los miedos...y el universo quiso que se arreglara el motor y la sentina volviera a vaciarse automáticamente sin necesidad de volver a bajar. Aguita,esa sí que fue una prueba, el resto del viaje un placer.
Conocer a cada componente de esta flotilla que me deja sin palabras para poderlos describir, así que les estoy haciendo una pequeña presentación a cada unx para que lxs conozcáis mejor.
Preparándonos para la partida. |
Cargando combustible en Ajaccio |
Salimos del puerto
Dos días de viaje sobre un mar en calma increíble, unos atardecéres espectaculares, tiempo para practicar yoga, fregar el suelo del barco, limpiar los platos y llevar el timón, que por cierto, tierra trágame, cuando compruebo el rumbo realizado, veo que he ido en zigzag, porque nada tiene que ver un barco pesquero con los veleros que acostumbro a manejar, pero el capitán Herman nos enseña poco a poco las diferencias del timón hidráulico y tras tantas horas de manejo, saldremos todxs hechos unos brazos de mar.
El no tener acceso continuo a la electricidad, es para nosotros incómodo, por los alimentos de la nevera, no poder poner ventiladores ni acceso a cargar los portátiles, ni móviles ,etc.
En la franja de Gaza el acceso a la luz es de 2 a 4 horas por día, no hay acceso a agua potable, y no es como nosotrxs en un breve viaje, es cada día de sus vidas,
ello altera la higiene precisa, regar o cualquier uso común del agua.
Los hospitales al estar privados de agua y gasolina , no pueden funcionar normalmente y las consecuencias son lamentablemente mortales.
No pueden tener tampoco acceso a materiales de construcción, para poder reconstruir sus casas saqueadas y bombardeadas, ni pueden tener acceso a desplazarse para entrar o salir de Gaza y comprar o vender productos precisos. Nuestras restricciones en dos, tres días en el barco no son comparables a la cárcel a cielo abierto más grande del mundo en la que han convertido Gaza.